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lunes, 28 de julio de 2008

Sombras del Pasado. Epílogo

-Bueno, ahora que ya sois del grupo, voy a contaros que tenemos pensado para nuestro futuro.
-¿Y cual es nuestro futuro?
-Vosotros continuareis igual que hasta ahora. Tú serás el teniente alcalde, y las cosas irán para vosotros como hasta ahora. En cuanto al resto, nos asentaremos en esta ciudad, y formaremos parte de la guardia personal del alcalde y seremos el cuerpo de elite de toda la zona. En la ciudad solo cambiarán dos cosas, una sera la guardia, y la otra será el alcalde. Ahora mismo iremos al castillo, lugar al que me dirijo en estos momentos para entrevistarme con el alcalde.
-Disculpa, ...
-No no, espera. Tu mismo podrás observarlo. Vamos. De camino te contaré mas cosas.

Salieron de casa del teniente alcalde, y se dirigieron al castillo. De camino, se les fueron uniendo poco a poco otros miembros del grupo.

Solo en una ocasión se había visto a tantos hombres de Drent juntos bajo la luz del sol, y fue en el propio castillo, el primer dia que se presentaron ante el alcalde, quien les contrató. Para sorpresa del teniente alcalde, les dejaron entrar sin ningún problema, ni siquiera tuvieron que detenerse, pues las puertas estaban abiertas. Se detuvieron en el salon comedor, desayunaron, y continuaron hablando.

-Otra cosa de la que quería hablarte es de cierto objeto que tengo aquí guardado, que tenemos, mejor dicho.
-¿Qué objeto?
-Tengo entendido que es lo último en tecnologia. Aquello que va a dejar inservibles los arcos y las flechas.
-¿Cómo sabes de su existencia?
-Si no lo supiera, me habrías matado cuando llegué a tu casa. ¿Pero que sorpresa la tuya, al no encontrarlo donde debía estar no? Bien, los hemos producido en masa en estos últimos días. Nos hemos entrenado, y ahora, cada uno de nosotros posee uno. Solo hay algo que se escapa a mi conocimiento. Algo que no he conseguido averiguar, pero que tu me dirás en este instante.
-Se llama pistola. Y los de mayor tamaño, rifles.
-¿Pistola? Bien. El caso es que en breve, terminará la reunion con el alcalde, y de esa reunion saldrá un nuevo alcalde.
-¿Qué reunion?
-Ya te he dicho antes, que en estos momentos, estoy reunido con el alcalde.
-No lo entiendo...
-Ni espero que lo hagas. Pero si vas a tener que empezar a entender nuestra forma de comunicarnos. Aun no posees la vestimenta adecuada, por eso te continuo hablando. Pero en cuanto te la de, nadie del grupo te dirigirá la palabra. Lo que si te voy a dar ahora es tu, ¿cómo lo has llamado? ¿Pistola?
-Si, pistola.
-Bien, tu pistola. Va a ser tu nueva arma. Que la gastes o no, dependerá del trabajo que se te asigne, pero estas obligado a ir armado.
-Pero, ¿no habías dicho que continuaría siendo el teniente alcalde?
-¿Y eso que tiene que ver?
-Eh...
-Bueno, tenemos trabajo. La reunion esta a punto de finalizar, y tenemos que recibir al nuevo alcalde.

Esta vez, no se fueron todos juntos. Cada uno se fue por un lado, salvo cuatro de ellos. Drent, el teniente alcalde, y dos más. Caminaron con decision hasta el despacho del alcalde, y esperaron ante la puerta.

-Has dicho que estabas reunido con el alcalde ¿no?
-Así es.
-¿Cómo es posible?
-Amigo mio, yo puedo estar en dos sitios a la vez.
-...
-Es un poder al alcance de muy pocos. Afortunadamente, yo soy uno de ellos. Ahora silencio, esperamos una señal.
-¿Una señal?-susurró el teniente alcalde

Drent no respondió, en cambio, se oyó un ruido parecido a una leve explosión al otro lado de la puerta. La guardia no tardó apenas en desenvainar las espadas, y dirigirse al interior de la habitación. Del interior, salió una voz que dijo:

-Muy bien mi guardia personal, deteneos y arrodillaros ante mi o prescindiré de vuestros servicios.

Nadie respondió, y los guardias se quedaron quietos, sin saber que hacer. Desde el exterior, el teniente alcalde no veía que ocurría, no obstante, si vio como Drent sacaba una pistola, al igual que los otros dos que les acompañaban, y apuntaba a uno de los guardias. Fue un momento de tensión, en el que todo el mundo se quedo esperando. Finalmente, uno de los guardias hizo un movimiento en dirección al interior de la habitación, y el resto lo imitaron. Momentos después, Drent y los otros dos acompañantes disparaban sus pistolas, derribando a los tres guardias, que cayeron muertos al suelo. Tras ellos, se alzaba una figura de porte noble, que los miraba fijamente, y de repente, sonrió. Drent enfundó su pistola, y se acercó a la figura. El teniente alcalde, que no le veía el rostro debido a la iluminación de la sala, se acercó también para ver quien era aquella persona. No pudo contener su asombro, y se quedó paralizado boquiabierto mientras observaba a dos personas, exactamente iguales. En ese momento, Drent se volvió hacia el y le dijo:

-Teniente alcalde, le presento al nuevo alcalde, Drent Axthrom.
-Pero... ¿cómo es...? Yo creía que tú eras Drent.
-No, -dijo Drent- él es mi hermano gemelo, pero no puedo deciros su nombre.

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